Selén
Jesús
Los Mansos Heredarán la Tierra
7 de junio de 2015
Bien
amados y grandes pequeñitos, yo los saludo. Pequeñitos en este mundo, pero más
allá de él, grandiosos. Grandiosos en su entrega y sacrificio, grandiosos en su
intrepidez y osadía. Desde mi Sagrado Corazón ardiente, que es también el
Corazón ardiente de este planeta, de esta humanidad, yo los saludo.
Bien
aventurados los mansos, porque ellos heredaran la Tierra. Estas palabras yo se
las dije hace algún tiempo atrás. Estas palabras no perdieron su fuerza, estas
palabras no perdieron su verdad, estas palabras son profecía que se cumplirá
completamente. Bien
aventurados los mansos, porque ellos herdaran la Tierra. En esta oportunidad yo me manifiesto en medio de esta
reunión de almas ardientes para invocar en su Corazón, en su mente y en
sus cuerpos esta mansedumbre, esta mansedumbre la cual el Corazón
expresa, esta mansedumbre de la cual las conciencias lúcidas y amorosas
son ejemplo y receptáculo.
Hoy
yo vengo a invitarlos a la mansedumbre, hoy vengo a invitarlos a la
no-violencia. La mansedumbre, queridos hermanos y hermanas, es una frecuencia
propia de la Paz, la mansedumbre es la Paz que se revela de forma activa
en cada uno de los aspectos que componen su personalidad. La mansedumbre
es la opción por la no violencia, la mansedumbre es la opción de no combatir,
de no oponerse. Si bien, esta mansedumbre, mis niños, no puede comenzar - si
ella debe ser verdadera, fuerte - por un comportamiento artificialmente
construido y superficialmente impuesto.
La
mansedumbre no puede comenzar por una opción no esclarecida, o guiada por
el egoísmo y por el deseo de demonstrar tal o cual apariencia externa. La
mansedumbre, primeramente, debe instalarse en sus mentes. Es cuando la mente se
abre para el toque ígneo del Corazón, es entonces que la mente es tocada por la
mansedumbre y se vuelve un templo para que la mansedumbre la habite.
Es
cuando la mente se abre para este ardiente Corazón Sagrado, y por eso mismo se
desapega o se des identifica de esta construcción efímera y pasajera, de esta
imagen a la cual ustedes dan el nombre de "yo", es entonces que
la mansedumbre se instala en la mente. Y esta mansedumbre comienza actuando en
la resolución de sus conflictos mentales, primeramente entre los propios
pensamientos e ideas, porque un gran desgaste de energía se produce ahí, por
esta incoherencia y confusión que impera a nivel mental. Entonces, esta
mansedumbre, como bálsamo, también resuelve la oposición de sus ideas con las
ideas de sus hermanos y hermanas.
Esto
de forma alguna quiere decir condescendencia o inconstancia, esta mansedumbre
no es cambiar de opinión para evitar el conflicto o la diferencia. Esta
mansedumbre les permite percibir que nada poseen, y que en el momento que
tienen delante de ustedes a un hermano o hermana con una verdad personal aparentemente
opuesta a la suya, también nada posee. Cuando nada poseen, nada los posee, y
cuando nada se posee, no hay razón para la lucha.
Percibiendo
la fragilidad de sus propios conceptos, por la acción de esta mansedumbre que
es mi Presencia instalada en ustedes, y su Presencia instalada en mi, ustedes
se liberan de la necesidad de pertenecer a este o aquel grupo, de
pertenecer a esta o aquella filosofía, de pertenecer a esta o aquella
forma de expresarse y de actuar en este mundo, ustedes se liberan de los
rótulos y de las limitaciones de las sectas. El Corazón entonces
encuentra espacio libre para reflejarse cada vez con más claridad y
fidelidad en el espejo de su mente, y la mente se transforma entonces en lago
cristalino que permite la expresión, a nivel de la vida objetiva, de los
atributos de este Corazón Ardiente.
La
mente se revela entonces como el Espacio Universal donde todas las simientes de
la Vida son depositadas como códigos de Luz. Donde el Corazón del Padre-Madre
Uno, refleja la imagen perfecta y el impulso de la manifestación.
Esta
mansedumbre instalada en la mente por la desidentificación de la persona que
manifiestan en este mundo, y por la transcendencia de la identificación con la
persona que un hermano o hermana manifiesta en este mundo, entonces toca el
campo de sus emociones y sentimientos, permitiendo que este mar de
energías rencuentre el fluyo natural y espontáneo, encuentre y se realinee con
el ritmo de las energías planetarias, solares y cósmicas.
El
cuerpo, con todos sus aspectos, es un campanario, y este campanario debe
reengancharse al movimiento, al ritmo del gran campanario cósmico.
El cuerpo es una caja de resonancia y de reverberación que debe afinarse al
ritmo y a la tonalidad del canto cósmico.
Al
ustedes abrirse al toque de este Corazón Ardiente en su mente,
purificándola, ésta mente se torna clara y límpida, alineando el ritmo de la
energía emocional, manteniéndola siempre afinada con la respiración y el soplo
Divino, y no más con la marea de las emociones humanas, entonces la mansedumbre
se manifiesta como realidad visible y observable a nivel de esta realidad
corporal y física. Muchos de ustedes ya viven esta mansedumbre, y yo les digo
una vez más: bien aventurados los mansos porque ellos heredarán la Tierra.
Esta Tierra debe transformarse en un jardín de mansedumbre, el
Fuego de la misericordia sacraliza su mundo, tocándolo a través del portal de
la conciencia.
Recuerden
siempre mis pequeños, mis grandes pequeños, en vuestro seno la Fuente depositó
la semiente de la misericordia. Deben transformar este suelo en inocencia
para que la semiente brote, crezca, se transforme en árbol y abrigue
innumerables formas de vida.
Todas
las almas ardientes y las almas planetarias, que así como yo atravesaron el séptimo
portal en cuerpo y forma en la superficie de este mundo, sustentamos y
acogemos su servicio en la superficie de este planeta. Este Corazón
de la Fraternidad Planetaria sustenta y vivifica vuestra expresión aquí,
porque son las puertas a través de las cuales la Luz del Divino se manifiesta,
brilla e incendia los velos de la ilusión y de la distorsión.
Recuerden su sagrado servicio y recuerden nuestra unión, nuestra comunión
y nuestra proximidad.
Desde
el Corazón Ardiente de este planeta, yo los envuelvo en mansedumbre
y transmito a ustedes las bendiciones de toda la Fraternidad Planetaria.
Yo
soy aquel conocido por ustedes como Jesús, y estas son mis palabras.
Transcripción
hecha por colaboradores de la ELV.
Mensaje canalizado por Selén - http://www.escolaluzviva.com.br/
Traducción: H. N.